Decadente Locura
Con una canción, me transformé en niño, en mi nave del espacio, hablando con mis robots, jugando con mil amigos, cada uno producto de una idea, cada uno producto de una deuda, siempre niños-robots supersónicos, amigos que nadie pudo jamás entender. Al cielo viajaba a diario, el infierno era precario, mis ojos aún brillaban, por las lagrimas que en ellos habitaban, pero mis amigos siempre estuvieron ahí para ayudarme, esos amigos que yo mismo inventaba, siempre me tendían una mano. Crítico, escuche una vez a mi padre, que era mi estado, era yo un loco desquiciado, era adentrado. Era feliz hasta ese momento, luego aprendí a pensar, luego aprendí a escribir y más tarde aprendería a hablar, pero nada de lo anterior me haría cambiar, puesto que de afuera nadie me iba a ayudar. En mi mente comencé a trabajar, en todo un hombre forjar, para salir a respirar. Mientras más me pulía, más me dolía. Cuando llegué a saber mi nombre, me di cuenta de que lo había perdido todo, mis amigos mi familia, mi retorno. Tomé un arma jalé el gatillo, volaron pensamientos por todos lados que impregnaron la sala hasta el fin de los tiempos no pudiendo ser borrados jamás.