jueves, 2 de agosto de 2007

La Mierda que se respira en el mundo

Mi madre grita: ¡Ente, ve a comprar unas cosas al supermercado!. Yo me paro de un viaje porque acabo de despedirme del amor de una flor y estoy muy feliz. Salgo de mi pieza, salgo de mi casa, camino en la oscura noche pensando en aquella primavera ausente, todo me parece digno de un sueño celeste. Tomé las cosas que mi madre me pidió, hice la cola para pagar en la caja, saludo a la cajera, ella me saluda y me pregunta algo, una señora detrás de mí se confunde y responde, se arma un lío y después todos reimos, casi por irme la señora que se encontraba detrás de mí me lanza un insulto como estocada en el corazón, siento ira pero camino a mi casa carcomido por las palabras de esa señora. Me arrepiento de no haberle lanzado un garabato en la cara y odio a la gente y odio intentar ser amable un minuto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la ira es una respuesta contra nosotros mismos...me lo enseño la vida
Tu madrina Macela