sábado, 12 de mayo de 2007

Carta al señor del paraiso con copia al infierno




Carta al señor del paraíso con copia al infierno




Hoy es un día especial, y esto por nada sobrenatural. Ustedes han velado por mi cuerpo matar, por mi mente desvelar, han incendiado mis cartas de amor con incomprensión, ustedes mataron mi alma infantil para convertirla en esta cosa que es hoy, me han llenado de crítica desmesurada, de sangre coagulada en mis zonas menos ágiles. Pero hoy no es una crítica lo que pretendo, sino más bien una ignorancia, una premeditada ignorancia que no será fácil lograr, lo que haré será mentir, engañar, para por fin aniquilar esa cosa fría cándida de la que ustedes me han dotado. Para serles franco no es nada agradable, de hecho ni me interesa, pero esta vez me enamoré enserio, y solo por eso, que creo que se llama amor, voy a subir la cumbre más empinada para luego dejar allí todo el fimo cerebral que me atormenta. Es agotador todo esto, el hecho de volver me asfixia, pero es necesario para salvar mi vida, de sus garras untadas con ouabaina, elixir de los depresivos, nostálgicos y enfermos, cuál cianuro de saltos mortales.


He hecho una promesa, y con igual fidelidad de la que a mí respondo, responderé a ella, pero no con las lágrimas que ustedes esperan, ni con el sumo fundamentalista que jamás volveré a probar.


Con esta carta de mi rebelde persona hacia el señor del paraíso con copia al infierno quiero dejar en claro que no moriré nunca más de la misma forma en que solía hacerlo, y que sin dejar mis parámetros valóricos, saldré de mi mismo por un tiempo a dar una vuelta por ahí.




Atte.


Yo

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