De pronto todo parece en cámara lenta, siento una suave brisa rodeando mis brazos, mis piernas y cada parte de mi cuerpo. Veo un mundo estático, pintado de azul y verde, con peces boca arriba y boca abajo que permanecen petrificados y esperando que lo más inmediato ocurra. Luego de un microsegundo todo se vuelve borroso y aún más hermoso, todos los colores y formas se combinan con mis pensamientos y se transforman en una acuarela que hace brotar lágrimas de mis ojos. Por último me reviento en el piso.
martes, 10 de agosto de 2010
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